domingo, 3 de marzo de 2013

Araya-Los Brezos-Araya


Dificultad: Media (la dificultad radica en las pendientes y caminos estrechos al borde del barranco).
Duración: 6 horas (con un descanso para comer, un par de descansos de 2 minutos y muchas fotos).
Trayecto: 9,11 km.
Recorrido: circular.
Altura máxima: 1072 metros.
Señalizado: bien delimitado el camino sin embargo las distancias están mal.
Recomendaciones: palo obligatorio, muchos desniveles.
Puntos de referencia: Cruz del camino, Parque recreativo los Brezos, el Horno.


















El sendero parte de un barrio en la parte alta de Candelaria, Araya, al que se accede por la autopista sur, salida 17, está bien señalizado y no tiene pérdida, llegamos a una zona llamada Cruz del camino donde aparcamos el coche sobre las 9 y cuarto de la mañana, la virgen de santa maría de la cabeza (creo recordar que era) vigila nuestra llegada.




Decidimos empezar por el camino de la derecha aunque al ser circular podría hacerse por el otro lado también, pasamos por unas cuantas casas atravesando un trozo de carretera, el sendero está en todo momento delimitado por una rayas blanca y verde que nos guiarán perfectamente en toda la ruta, entramos por un estrecho sendero, sobre el barranco de la Florida, por el que ascendemos y otro pequeño tramo de carretera, con más casas, nos lleva al comienzo de un camino de tierra.










Primero de nada, no hay que fiarse muchos de la mayoría de los carteles que indican los kilómetros hacia los distintos lugares, muchos están mal, en una ocasión recorrimos como 100 metros y los carteles nos indicaron que habíamos recorrido más de un kilómetro, si se puede ir con un gps que te indique los kilómetros recorridos mucho mejor, en algunos lugares he visto que esta ruta son 6,7 kilómetros, unos carteles nos indicaban eso y otros 8,5 (sumando recorridos), en realidad son 9,11 (más o menos) que se acentúan por las constantes subidas y bajadas.


















Abundan los pinos sobre todo, además de escobones y magarzas por todo el camino, en lugares puntuales hay muchas tuneras y piteras. La belleza de este recorrido radica en la gran variedad en vegetación y flores de las que podemos disfrutar. 


















Las siguientes dos-tres horas de ascenso son duras, requieren una condición física aceptable, o se hará algo chunga la subida. El día es lluvioso a ratos lo que también hace que el cielo sea espectacular. Destaca un desvío al final donde a 50 metros podemos ver el Horno una construcción muy atrayente para hacer fotos, después volvemos y seguimos nuestro ascenso hasta el merendero de los Brezos, donde hay una Ermita, mesas preparadas para comer e incluso también baños públicos, un lugar muy preparado, incluso creo que hay donde coger agua pero nosotros con la de la lluvia ya teníamos suficiente así que ni nos molestamos en buscar, el lugar es accesible en coche dando una pequeña vuelta.


Tras recuperar azúcar y con fuerzas renovadas seguimos nuestro ascenso hasta el punto más alto de la ruta donde entramos en un lugar casi paradisiaco, desde arriba el barranco se hace imponente, durante todo el recorrido vemos las entradas a las galerías, sin embargo aquí las tienes muy cerca, la flora es impresionante y el resto de la vegetación muy variada, vemos verodes, higueras y castaños, cientos de insectos vuelan a sus anchas a nuestro alrededor. El momento es mágico y hace que merezca la pena el resto del recorrido por muy duro que haya sido.





















Poco después, dejamos esta zona, con pena, detrás, para iniciar el descenso, llegamos a un círculo de piedras bastante grande donde realizamos algunos rituales de brujería y seguimos bajando por el camino, no hay pérdida del sendero en ningún momento, todas las bifurcaciones están señalizadas incluso algunas absurdas, alguna x barranco hacia debajo, y los carteles nos indican el trayecto a seguir, que rodea montes sobre los barrancos plagados de cuevas que disfrutamos de primera mano.







Como todo lo que sube tiene que bajar continuamos descendiendo constantemente llegando ya a ver varias construcciones y huertas con casas cada cierto tiempo, la bajada es un poco más larga que la subida debido a los mencionados rodeos pero al final llegamos a una casa particular que parece ser el final aunque el sendero continúa por una puerta a la izquierda para llegar de nuevo a Araya donde un perrillo se cabrea con nosotros y nos persigue durante un rato ladrando a más no poder, volvemos a estar en el punto de partida.